Tras una separación producto de ciertos episodios de violencia de género, los hijos repar-tían la semana en la casa de ambos padres.
Uno de ellos, una nena de 5 años, reveló de pronto que mantenía ciertos secretos con su padre, lo que llevó a la madre a insistir de qué se trataba.
Ante ello, la pequeña terminó por contar que su padre le tocaba sus partes íntimas y hacía que ella también se la frotara, incluso que en algunas ocasiones debía repetir ciertas frases y era grabada por el acusado con su teléfono celular.
La madre denunció esta situación el pasado 26 de marzo cuando la fiscal Luján Sodero inició la investigación.
En su pedido, la fiscal señaló se tomen declaraciones testimoniales, a los pequeños entre ellos las de un hermano, quien comprometió al acusado.
La fiscal además solicitó se efectúe Cámara Gesell a la pequeña víctima de los abusos, testimonios que fueron claves a la hora de efectuar la imputación.
Empleadas domésticas y otros familiares de la menor, en tanto, dieron detalles del comportamiento inusual de la pequeña, quien en una ocasión le tocó la cola a una mujer que la cuidaba, lo que encendió la alerta entre los familiares.
Del relato de la menor y de sus parientes más cercanos, en tanto, se pudo establecer no sólo el abuso sexual, sino que el mismo, presuntamente, iba a ser utilizado por el acusado para recriminarle a su ex mujer una supuesta relación amorosa con otra mujer. A esas pruebas se agregaron las pericias psicológicas al depravado.
Frente a todo lo recabado la fiscal concluyó en que el acusado incurrió en el delito de abuso sexual gravemente ultrajante.