Hace una semana, segunda declaración ante un Tribunal de Juicio, de la hermana del sindicalista rural Raúl Benjamín Osores, detenido-desaparecido durante la última dictadura cívico militar en Salta.
Anery Argentina Osores empezó recordando que su hermano era delegado de la Federación Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (FATRE) y como tal, era “una persona que defendía a la clase trabajadora”.
“Voy a contar algo que nunca conté hasta ahora”, anunció: meses antes del golpe del 24 de marzo de 1976, mientras residía en Embarcación, Raúl recibió una denuncia en contra de un finquero productor de tomates, de apellido Tuma.
“La denuncia era que los trabajadores estaban en la indigencia”. Como era difícil que los propios trabajadores pudieran hacer formalmente una denuncia de este tenor, Raúl “consiguió trabajo para averiguar. Estuvo una semana en que no se comunicó” con Anery y su compañera de vida y militancia, Asunción Pía Viltes.
Entonces acordaron que Anery iría a verlo. La joven se presentó en la finca y el encargado la subió a un vehículo, que a Anery se le quedó marcado en la memoria porque la puerta del lado del acompañante no se podía abrir. Apenas pudo cruzar un saludo con su hermano. La situación ya era mala por entonces.
Tan tensa estaba la cosa que al final Osores decidió huir de la finca, “escapó una noche de ahí”, recordó su hermana. “Cuando la patronal se entera que formábamos el Sindicato nos deja sin trabajo”, recordó a su turno Pía Viltes. al declarar en el noveno juicio por delitos de lesa humanidad que se realiza en la Provincia.
Perseguidos por la parte patronal
Efraín Villarroel, que por entonces tenía 18 años y era prosecretario de la Seccional 318 de FATRE en Embarcación, añadió que los integrantes del gremio eran “perseguidos por la parte patronal.
No nos querían en ningún establecimiento agrícola”. Incluso su padre fue echado de una finca. En 1972 o 73, junto a Raúl Osores, y otros militantes que también fueron desaparecidos, Viltes organizó el Sindicato de Obreros Rurales en Colonia Santa Rosa, conmovidos por “la pobreza de los obreros”, a quienes “se les pagaba en vales”.
Raúl fue detenido en el final de la dictadura de Agustín Lanuse, pero recuperó la libertad en mayo del 73, con la llegada al poder de Héctor Cámpora. Volvió al norte salteño. Con su compañera fueron a Embarcación, donde comenzaron a trabajar en fincas y se encontraron con una situación similar, la mayoría de los peones no estaban registrados, trabajaban jornadas extenuantes con apenas medio día libre en la semana y los que estaba registrados cobraban un sueldo muy inferior al que figuraba en el recibo.
Con otros trabajadores, como Villarroel, organizaron otro sindicato, la Seccional 318 de la FATRE, que se formalizó a fines del 74 o principios del 75. El gremio acompañaba a los inspectores de trabajo para certificar las malas condiciones laborales.
El 24 de marzo de 1976 los encontró dando esa lucha desigual y las cosas se definieron para mal: Viltes fue detenida, Raúl escapó, pero se entregó poco después y fue desaparecido. “En el golpe es cuando ocurren las detenciones y se desarma todo ahí.
El gremialista era perseguido” y hasta los trabajadores simples afiliados “no podían mostrarse”, recordó Villarroel, quien se quedó en una finca alejada, escondido. El sindicato desapareció también.
