En la audiencia de ayer, los peritos fueron aún más contundentes al indicar que el estudio balístico confirmó que el proyectil que mató a Nahuel salió del arma de Cardozo, la que el cabo había mandado a limpiar con nafta. El policía creyó que de esa manera borraría los rastros, pues había hecho lo propio con sus manos.
Su defensora, Karina Peralta, también estaba confiada de sacar tajada de ello, pues la prueba de pólvora le salió negativa a su cliente, mientras que a Aguilera no, por lo que la representante de la Defensa Pública vio la oportunidad de endilgarle el crimen al otro policía, pero la estrategia no resultó.
Es que el fiscal, Rodrigo González Miralpeix, leyó la maniobra, salió al cruce de cada intento de la defensa por confundir al tribunal y replicó cada una de las pruebas que Peralta buscó rebatir para provecho de su cliente, quien al final de la audiencia, quedó aún más comprometido.
Lo propio hizo el abogado, Marcelo Arancibia, quien siguió el hilo de la fiscalía y también hizo su aporte para impedir que su colega en la defensa complicara a su cliente, Aguilera, a quien pretendían hacer responsable del disparo asesino.
“La actuación del fiscal fue brillante, rebatió con total solvencia este intento de la defensa de Cardozo por apartarse de la escena del crimen, siendo que su participación fue la que llevó a la muerte al adolescente”, declaró Arancibia.
Para hoy, en tanto, se esperan los alegatos y el veredicto del juez, quien dispuso que la audiencia se lleve adelante en la sala de grandes juicios, donde las partes tendrán su última oportunidad de exponer sus argumentos antes de la sentencia.