La audiencia fue pedida por la fiscal penal 2 de la Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual, María Luján Sodero Calvet.
El sacerdote, conocido como fundador del Instituto Religioso Hermanos Discípulos de Jesús de San Juan Bautista, que tiene varias sedes en esta ciudad, el país y otros lugares en el extranjero, fue detenido el 21 de diciembre de 2016. Desde agosto de 2017 está detenido en Finca La Cruz, una de las instalaciones de la orden por razones de salud.
La fiscal, tras numerosas pericias técnicas y psicológicas y la recepción de más de 50 testimoniales, concluyó en que “la acusación” que lleva adelante en contra del sacerdote “halla fundamento en que el imputado, aprovechando la cercanía, la confianza, el respecto y la obediencia que le era debida, habría desplegado actos de contenido sexual en el cuerpo de los denunciantes”.
Entre dichos actos, la representante del Ministerio Público describió los mismos como “tocamientos libidinosos”, en zonas íntimas de las víctimas. Asimismo, remarcó que dado el “rol de Padre Fundador” del Instituto Religioso Hermanos Discípulos de Jesús de San Juan Bautista, las pruebas colectadas en la causa, demuestra que los damnificados no pudieron prestar de “ningún modo su consentimiento libre y voluntario” a los abusos sexuales denunciados.
Para la fiscal quedó claro que el acusado gozaba de “ascendencia” sobre los miembros de la congregación que dirigía y que se “tornaba imposible para estos, en ese estado de clara vulnerabilidad, resistirse o negarse, máxime teniendo en cuenta las premisas que se impartían en esa Orden Religiosa y el evidente estado de sumisión en el que se desarrollaba el vínculo entre Rosa Torino y los hermanos del Instituto encabezado por el acusado”.