El dato, que corresponde a 2015, fue publicado en la nueva guía de recomendaciones de la OMS para un diagnóstico temprano, donde se informó además que “aproximadamente dos tercios de las muertes por cáncer son en los países menos desarrollados”.
Las 8,8 millones de muertes superan en 600 mil a las que se habían relevado en 2012 y publicado en el Informe Mundial sobre el Cáncer por la IARC (International Agency for Research on Cáncer) de 2014. Según el nuevo relevamiento, cada año se diagnostica algún cáncer a más de 14 millones de personas, cifra que, se prevé, ascenderá a 21 millones para 2030.
“La guía dada a conocer hoy tiene como objetivo poner en agenda la importancia del diagnóstico temprano, es un llamado a que se destinen recursos y esfuerzos tanto de los Estados como de las comunidades científicas y de la población”, detalló a Télam el médico Sebastián Laspiur, consultor en Enfermedades no Transmisibles de la OPS/OMS en Argentina.
Laspiur señaló que “lo que se observó es que muchas de estas muertes se vinculan con el diagnóstico tardío y esto sí se puede prevenir; el cáncer de mamá, cervicouterino y de colon, que son de los más prevalentes se curan si la detección es temprana”.
La guía establece tres medidas que los países deben adoptar para mejorar el diagnóstico: sensibilizar acerca de los síntomas del cáncer y alentar la consulta médica; invertir en equipamiento y formación de los servicios de salud para que se realicen diagnósticos exactos y velar por el acceso a un tratamiento seguro y eficaz, con inclusión del alivio del dolor.
“No todos los tipos de cáncer se pueden prevenir, sin embargo, existen algunos síntomas a los que hay que estar atentos y consultar inmediatamente al médico, como por ejemplo sangrado en la materia fecal, en la orina, hemorragias fuera de la menstruación, alteraciones en la piel como cambios en el color y tamaño de un lunar, un bulto en la mama”, describió Laspiur.
Sobre la inversión en equipamiento y formación, la OMS aseguró que “no cabe duda de que los problemas son mayores en los países de ingresos bajos o medianos, que tienen menos posibilidades de proporcionar servicios de diagnóstico eficaces”.