La ex presidenta y actual senadora se presentó una vez más en los tribunales de Comodoro Py para cumplir con la indagatoria a la que fue convocada por el juez Sebastián Casanello en el marco de la causa que se conoce como “La ruta del dinero K”.
No respondió preguntas ante el magistrado y se limitó a presentar un escrito en el que advirtió sobre la irregularidad de su convocatoria y remarcó que es “una más en la larga persecución a la que vengo siendo sometida desde hace dos años y ocho meses”.
En el escrito, CFK negó cualquier delito vinculado con Báez , en la causa conocida como “La ruta del dinero K”.
“Podrán seguir vigilando mis movimientos y los de mi familia, escuchar de manera clandestina todas mis conversaciones telefónicas o excavar la Patagonia argentina, o dónde mejor se les ocurra, que nunca van a encontrar nada con lo qué involucrarme porque jamás me apoderé de dinero ilegal”, sostuvo CFK en el escrito que presentó ante el juez Casanello.
La ex presidenta llegó aproximadamente a las 10.30 a Comodoro Py. Allí la esperaban una treintena de militantes, ingresó por la puerta lateral, y no hizo declaraciones a la prensa.
En la presentación, la ex mandataria detalla que: “No sólo desconozco por completo esta supuesta maniobra, sino que no existe ningún elemento de prueba que me vincule a la misma.
Debo señalar que jamás tuve cuentas bancarias no declaradas, ya sea sola, con Lázaro Báez o con cualquier otra persona. Todos los activos de nuestra familia están y seguirán estando en la República Argentina y siempre fueron incorporados a nuestras declaraciones juradas impositivas, así como también a las que presentamos en nuestro carácter de funcionarios públicos.
Además, por toda nuestra actividad siempre hemos pagado puntualmente los impuestos correspondientes.
En definitiva, la manera transparente en que hemos administrado nuestro patrimonio les permitió a los ‘no jueces’ que se han lanzado en nuestra contra a embargar nuestros bienes, bloquear las cuentas bancarias, intervenir las empresas familiares y designar al frente de éstas auxiliares que no hicieron otra cosa que ocasionarnos perjuicios.
Es más, se llegó hasta el absurdo de embargar mi jubilación y bloquear mis tarjetas de crédito e impedirme, siquiera, tener una tarjeta de débito. Todo ello, seguramente, con el propósito de ahogarme financieramente y luego seguir mis movimientos (tal como lo hacen habitualmente los servicios de espionaje gubernamentales) para ver si termino yendo a alguna bóveda en la que guardaría los millones de dólares que un grupo de arrepentidos que ahora se han cartelizado dicen haber pagado”.
Cristina por último consideró que el presidente “Macri forzó la indagatoria a través de los organismos del Estado”.