“La situación se nos fue de las manos. Todos los días estamos un poquito peor”, admiten en lo más alto del poder. Las protestas generaron, incluso, una grieta impensada en el macrismo: el presidente Mauricio Macri, le ha venido expresando su malestar a su histórico coequiper del PRO y en quien confió la sucesión, Horacio Rodríguez Larreta, pero ya en los últimas horas la presión fue mayor y le exigió que la Policía deje de mirar cómo se cortan calles y accesos a la Ciudad.
El pedido de Macri movilizó a los funcionarios porteños: según adelantaron altas fuentes del oficialismo, en los próximos días el jefe de Gobierno tendrá que presentar un plan para limitar las protestas. Antes, desde luego, deberá contar con la aprobación del Ejecutivo nacional. Prohibirían cortes con caras tapadas y la interrupción del Metrobús.
La iniciativa se maneja en estricta reserva. La semana que viene -probablemente el martes- habrá una reunión en la que Rodríguez Larreta se sentará junto al jefe de Gabinete, Marcos Peña; al vicejefe, Mario Quintana; y a los ministros de Seguridad de Nación y Ciudad, Patricia Bullrich y Martín Ocampo, entre otros. De ese cónclave debería surgir la nueva política que se adoptará frente a los piquetes.
“Y lo que salga se tendrá que aplicar”, anticipan. El recuerdo del Protocolo antipiquetes que el macrismo impulsó en 2016 no sirvió para impedir cortes y hoy es necesaria adoptar medidas más fuertes.