Blangino participó en siete ediciones anteriores, pero es la primera vez que lo hace con el rastrojero. Partieron de la base de uno original de 1966, lo modificaron para recibir un motor V8 de Camaro y le añadieron todas las medidas de seguridad exigidas por el reglamento de la organización.
En la etapa que unió Tupiza con Oruro en suelo boliviano (la de ayer fue cancelada), el RastroDakar cubrió el especial en 3h26m54s y se colocó en el 22º puesto (el mejor resultado de los cinco tramos disputados hasta el momento), a 1h02m51s del ganador Sébastien Loeb.
Blangino, que es navegado por Luciano Gagliardi, mete mano en cada vivac junto a su copiloto y los tres mecánicos del equipo propio. Cuando los trabajos ya están más o menos avanzados sobre la máquina de su creación, Pipo y Luciano se dedican al road-book del día siguiente.
El objetivo del team mediterráneo es llegar. "Venimos a ganarle al Dakar, no a los demás equipos", sostuvo el piloto cordobés.