Concretamente desde la final de 1982, alemanes e italianos aportan al menos, siempre, un jugador a cualquiera de las selecciones que llegaron al último partido.
En este Mundial 2018 que se está disputando en Rusia, las clasificaciones a la final del francés Corentin Tolisso (Bayern de Múnich), y de los croatas, Ivan Perisic y Marcelo Brozovic (Inter Milán), han conseguido prolongar esta tradición.
Paul Breitner, Wolfgang Dremmier y Karl - Heinz Rummenigge, por parte de Alemania Occidental, y Gianpiero Marini, Ivan Bordon, Gabrielle Orialli y Alessandro Altobelli, por parte italiana, dieron comienzo a esta curiosa relación en el ‘82.
En el Mundial de Brasil 2014, los aportes fueron de Hugo Campagnaro, Rodrigo Palacio y “Ricky” Álvarez a la Selección Argentina, y de Manuel Neuer, Bastian Schweinsteiger, Thomas Müller, Philipp Lahm, Toni Kroos, Mario Götze y Jerome Boateng para Alemania.