Es que el colegiado argentino tuvo una eficiente labor durante su participación en el certamen ecuménico, no cometió errores escandalosos y en general las críticas sobre su desempeño avalan la designación hecha por la organización.
Quizás el único lunar sobre la actuación de Néstor Pitana en los partidos previos a la gran final podría ser el uso del VAR en el partido de primera fase entre Suecia y México, en la que omitió sancionar como penal una mano de Javier “Chicharito” Hernández dentro del área.
Así, a los 43 años y sobre el final de su carrera, a Néstor Pitana se le presenta la gran oportunidad de su profesión: dirigir una final del mundo.
Doce años atrás, su compatriota Horacio Elizondo alcanzaba la misma distinción. El Francia -Italia disputado en el Estadio Olímpico de Berlín fue el broche de oro para la trayectoria del último gran árbitro del fútbol argentino. Y trascendió su biografía deportiva.